IES VICTORIA KENT
CURSO 2017/2018
SAN MANUEL BUENO, MÁRTIR.
MIGUEL DE UNAMUNO
1. ESTRUCTURA
La novela no está dividida en capítulos, sino en secuencias que
aparecen sin numerar. Hay un total de 24 secuencias narradas por Ángela
Carballino y una última, relatada por el
propio Unamuno, a modo de epílogo, en la
que da a conocer el relato empleando el tópico del manuscrito
encontrado.
2. PERSONAJES
a.
Don Manuel. Es el personaje central, sobrenombre Bueno, (apelativo tomado de
Alonso Quijano, el Bueno). Su nombre
coincide con el de Cristo, Emmanuel, que quiere decir: “Dios con nosotros”. A
lo largo de la novela se ve en algunos pasajes el paralelismo y la relación que
existe entre ambos.
Don Manuel es el párroco de Valverde de Lucerna, que está pendiente de
ser beatificado cuando se inicia el relato de su vida. Es el personaje central
y uno de los más complejos de ficción de Unamuno. La novela se centra en su
lucha interior y en su comportamiento para con el pueblo. Este personaje
muestra muchos de los problemas que inquietaron a Unamuno durante su vida.
b.
Ángela Carballino. Actúa como trasmisora de la vida y muerte de un hombre a quien
pretenden beatificar. Su nombre, según su etimología, procede del griego
angelos, que significa mensajero. Y esa es su misión, narrar una buena nueva.
c.
Lázaro. El nombre de este personaje no está tampoco elegido al azar, recuerda
al Lázaro del Evangelio, a quien Cristo resucita. Lázaro representa la
modernidad y el anticlericalismo, pero es conducido por don Manuel a un nuevo
estado. Es a él al que el párroco elige para revelarle su secreto.
d.
Blasillo. Representa la fe inocente, la fe ciega. Es el tonto del pueblo, que
repite las palabras del párroco sin entenderlas.
3.
EL ESPACIO EN SAN MANUEL BUENO, MÁRTIR.
ESPACIO REAL
Unamuno para componer el escenario de esta novela
toma como referencia el lago de San Martín de Castañeda, en el parque natural
de Sanabria. En este lago, según la leyenda, yace una ciudad llamada Valverde
de Lucerna.
Unamuno, explica que cerca de este lago se hallan
varias aldeas (Riba de lago, Garalde, San Martín de Castañeda,...), pero que
ninguna de ellas fue tomada como modelo de su Valverde de Lucerna.
ESPACIO NOVELESCO
La aldea creada por Unamuno, Valverde
Lucerna, pretende ser un espacio simbólico,
un escenario para una novela que pueda ser leída siempre, en cualquier momento.
De ahí que evite las referencias históricas, o el exceso de descripciones
irrelevantes. Lo importante para Unamuno es el problema del espíritu, el
problema del hombre; y no la abundancia
de detalles superficiales, pasajeros. Por estas razones sitúa su relato en la intrahistoria.
Veamos ahora el concepto de “intrahistoria”:
·
Historia: La historia la constituyen los
hechos superficiales y cambiantes que se encuentran recogidos en los libros de
historia, como: cambios de gobierno, distintos reinados, batallas...
·
Intrahistoria: La intrahistoria está
protagonizada por seres anónimos que llevan a cabo su tarea día a día, al
margen de quién haya ganado la guerra y sin que influya en su tarea que
gobierne un rey u otro. Son personajes “intrahistóricos”. La intrahistoria es,
por tanto, lo que permanece, lo eterno, y
lo que realmente debemos conocer para saber cómo es un pueblo.
Esto es lo que
pretende Unamuno: escribir una novela que ahonde en la personalidad del hombre,
que le produzca inquietud. Lo importante en un relato de este tipo será lo
simbólico, no lo simplemente descriptivo.
4. SIMBOLOGÍA DEL PAISAJE.
Aclarar la simbología de cada elemento resulta
prácticamente imposible, porque se ha ahondado tanto en ello que las
explicaciones han sido muy variadas. Además, para los creyentes el modo de
entender el mundo es distinto al de los no creyentes, por eso los símbolos no
pueden significar lo mismo para unos y otros.
A pesar de las discrepancias, haremos un análisis de
los principales símbolos tomando como
punto de partida algunas de las interpretaciones.
La villa sumergida.
Unamuno habla del pueblo de Valverde de Lucerna (y de sus gentes, que
son realmente lo que se destaca en todo momento) y de una villa sumergida en el
lago. La aparición de este elemento puede interpretarse de dos modos:
a. Socialmente: representa el recuerdo de los muertos
de la aldea, los que han hecho posible la vida que tiene el pueblo porque han
influido en sus creencias, en su conducta,.. San Manuel, por ejemplo, se
zambulle en el lago de la fe de los que murieron para que éstos sostengan su
propia fe.
b. Individualmente. Simbolismo centrado en San Manuel:
se dice de sus ojos que “había en ellos toda la hondura azul de nuestro lago”. Y ese lago que esconde un pueblo sumergido puede
simbolizar la existencia de un secreto, de una verdad que oculta el personaje
de don Manuel.
El lago.
Para los no creyentes el lago simboliza la duda, lo
inseguro, lo oscilante,... El cielo se refleja en el lago como si este fuera un
espejo –un sueño- pero nada más. Desde el lago no se puede alcanzar el cielo.
Para San Manuel, por ejemplo, el lago simboliza la Nada, la desaparición
definitiva.
Para los creyentes, sin embargo, el lago
simbolizaría la eternidad, la fusión de todos los elementos del paisaje.
La
montaña.
Sobre
este elemento ha habido mayor acuerdo. Ha sido visto como elemento que
representa la fe. Se dice de las montañas que llegan hasta las nubes, que
pueden tocar el cielo. Esto muestra que la fe es el camino para llegar hasta el
cielo, para alcanzar la vida eterna.
(Debemos
recordar aquí la descripción de San Manuel: llevaba la cabeza como la peña del
buitre y sus ojos eran como el lago. Unión duda-fe.)
(También
hay que recordar que San Manuel reza el Credo y al hablar de la resurrección de
la carne se detiene y: “se zambulle en el lago mientras que el pueblo sigue
rezando como una montaña.”)
La
nieve.
Este
elemento ha sido visto como elemento
nivelador que cae sobre todos los lugares: el lago, el monte, los recuerdos,...
Puede considerarse que la nieve representa la gracia de Dios, el misterio de la
fe; por eso se fija en la montaña pero desaparece, se deshace, sobre el lago.
También
puede considerarse que la nieve representa únicamente el paso del tiempo.
5.
TEMAS
TRATADOS EN SAN MANUEL BUENO, MÁRTIR
El
tema central de esta novela es el de la inmortalidad del alma. Don Manuel, el
protagonista, se debate en una lucha íntima entre la razón (que niega la
inmortalidad del alma) y la fe (que ofrece el consuelo de la religión y
ayuda a creer en la resurrección, en la inmortalidad y en un Dios que haga eso
posible).
RAZÓN VIDA FINITA
FE INMORTALIDAD
RESURRECCIÓN
Como
tema secundario se encuentra la alternativa entre una verdad dolorosa y una paz
ilusoria. Ante esta disyuntiva, el protagonista, don Manuel, se decanta por la
segunda: opta por la mentira consoladora, por la felicidad imaginaria, porque
la verdad es demasiado dura y haría insufrible la vida. (“Con mi verdad no
vivirían” dice San Manuel).
Otros
temas tratados son:
1. El
pecado del hombre. Ángela plantea esta cuestión al párroco, y él le responde
que el mayor pecado del hombre es haber nacido, puesto que la existencia lleva
consigo dolor, sufrimiento y finalmente la muerte.
2. Lo
vivido y lo soñado. A Ángela le cuesta establecer límites entre lo real y lo
imaginado. Este es un tema frecuente en Unamuno: en ocasiones considera la vida
como un sueño de Dios, y otras veces parece que es el hombre quien sueña a
Dios.
3. La
cuestión social. Los problemas sociales inquietan menos a Unamuno en este
momento que el problema de la inmortalidad del alma (aunque en su juventud estaba muy preocupado
por estos temas y denunciaba las injusticias sociales en artículos,...)
Dice San
Manuel a Lázaro: “¿Cuestión social? Deja eso, a nosotros no nos concierne(...)” (Secuencia 18)
6.
INTERPRETACIÓN
DE SAN MANUEL BUENO, MÁRTIR
Unamuno en esta obra plantea
el problema de la inmortalidad del alma sin darle ninguna solución. De la
lectura de la novela no se deduce que Unamuno crea en la vida eterna o no lo
haga. No hay una solución final.
Unamuno, aunque la tesis que expone en la novela sea
“la mentira consoladora antes que la verdad angustiosa”, al escribir San
Manuel Bueno, mártir parece que pretendía remover la conciencia de sus
lectores, plantearles el problema de la inmortalidad que tanto le obsesionaba e
invitarles a la reflexión.